Las personas dependientes necesitan ser supervisadas. Pero esta pérdida de intimidad afecta negativamente a la autoestima y al bienestar. Los condicionantes médicos personales marcarán el grado de supervisión necesario y los aspectos básicos de seguridad de cada persona, pero en todos los casos el problema que se plantea es el mismo:



¿Podemos cuidar a una persona dependiente sin menoscabar su intimidad, respetando su autonomía y sin afectar a su estado emocional?
¿Cómo «vigilar» a una persona, sin que se sienta «vigilada»?

Ada es una Inteligencia Artificial basada en redes neuronales entrenada para reconocer caídas y posiciones corporales.
Clasifica los movimientos de los brazos y puede evaluar la movilidad de una persona analizando datos de su desplazamiento.

Sin imágenes. Sin videovigilancia. El software convierte las posiciones corporales en datos numéricos que representan la posición espacial de cada parte del cuerpo.